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martes, 20 de abril de 2010

EL MERCADO DE TRABAJO EN LA ECONOMÍA DE "LOS MERCADOS": LA REFORMA LABORAL. TERCERA ENTREGA.




COMO DECIA HACE UNOS DIAS EL DIALOGO SOCIAL SOBRE LA REFORMA LABORAL SE ATASCA. NO ESTOY SEGURO DE QUE SEA LO MÁS CONVENIENTE QUE LOS SINDICATOS RESPALDEN LA FILOSOFÍA DEL MODELO ECONÓMICO VIGENTE HACIENDO CESIONES QUE A LA POSTRE NO SALVARÍAN LA SITUACION. PIENSO QUE LOS EJES QUE GUÍAN LA NEGOCIACIÓN ACTUAL SE HAN QUEDADO VIEJOS Y NO NOS AYUDARÁN A TRANSITAR HACIA UN FUTURO MEJOR. APORTO UNA NUEVA ENTREGA DE MI VISIÓN DESEANDO ACIERTO A QUIENES TIENEN LA RESPONSABILIDAD DE NEGOCIAR, Y EN TODO CASO ESPERANDO QUE NOS AYUDE A COMPRENDER MEJOR LO QUE ESTÁ PASANDO Y A PENSAR. SALUDOS A TODOS/AS.



6. Los ejes tradicionales de la negociación laboral actual: supervivencia individual y rivalidad.
Los estudiosos de la economía buscan la tecla que hay que tocar para activar de nuevo el crecimiento económico. “Darle al botón de los tipos de interés ya no será suficiente para sacarnos de problemas como los que atravesamos”. La frase es de 14 de marzo de 2010 y dicha por Jeffrey Sachs, economista norteamericano, asesor de numerosos Gobiernos, entre ellos el español, que aplicó entre 1985 y 2000 las políticas monetaristas del FMI para resolver crisis en diversos países. Sabe bien lo que son el monetarismo y las crisis. Si el botón de los tipos de interés ya no sirve para activar el crecimiento económico, ¿Cuál es el nuevo botón a pulsar?.
Actualmente las sociedades desarrolladas y acomodadas está preocupadas por el empleo, pero el tiempo pasa y nadie parece tener el botón para activar de nuevo el empleo y el crecimiento económico. Países más cohesionados socialmente como Alemania, Canadá, Japón o los nórdicos sufren la crisis con menos drama social que países más desequilibrados como los del sur de Europa o Estados Unidos, pero en todos escasea el empleo. En cambio las sociedades en desarrollo (China, India, Brasil etc.) siguen creciendo a buen ritmo y de momento no sufren problemas graves de empleo.
Algunos políticos poco reflexivos, como el líder de la oposición en España, acaban de decir que el problema de salida de la crisis no es que los economistas no sepan cómo resolver la situación, sino que los políticos del Gobierno no saben qué hacer. Esta clase de afirmaciones demuestran el nivel de desconocimiento y demagogia al que ha llegado la política tradicional. Sería deseable que los ciudadanos pudieran disponer de otras opciones políticas para elegir, con políticos más sensatos, más ilustrados y más pertrechados con valores morales distintos a los de la rivalidad permanente, la mentira o el engaño, y sin el deseo insano de alcanzar el poder del Estado para ponerlo al servicio de intereses de grupos económicos nacionales o particulares.
Los políticos del primer mundo se niegan a entender que la fiesta se ha acabado, que el mundo acomodado no volverá a crecer y generar empleo como lo hizo en tiempos de la burbuja financiera a no ser que previamente lo empobrezcamos destruyéndolo en parte, y que las reglas de juego tienen que cambiar a fondo porque la solución está en la visión global y la cooperación global y no en la visión local y la rivalidad global. Cada país espera que cuando se active el consumo nacional e internacional (consumo global), se activará de nuevo el empleo local, y además si para entonces hay un acuerdo laboral entre sindicatos y patronales que mejore la productividad-país, la recuperación será más rápida y duradera. Pero esto no va a ser así porque todos esperan que la salvación venga del mismo lado: el sector exterior y la fuerza de la productividad-país para ganar la batalla de la rivalidad global. Demasiadas cucharas para comer de un solo plato.
La burbuja financiera ha puesto de manifiesto que en la fase del capitalismo financiero avanzado, la negociación laboral tiene demasiada influencia y se ha convertido de nuevo en un problema más que en una solución. El capitalismo nació sin la negociación laboral y dio sus primeros pasos luchando contra ella, pero ha madurado con la negociación laboral en sus entrañas, y ésta ha contribuido decisivamente a su reformulación. Pero ahora el capitalismo financiero en crisis necesita volver a los orígenes para desarrollar de nuevo toda su capacidad depredadora a fin de aumentar la productividad-país, y encuentra un obstáculo a sus pretensiones en la negociación laboral. ¿Hay alguna salida racional a este conflicto?. ¿Podrán los sindicatos de los países acomodados modular una vez más la naturaleza depredadora del capitalismo o estamos avocados ya al cambio del modelo económico y de sus valores dominantes?. ¿Será este cambio evolutivo y pacífico o revolucionario y violento?.
Hasta ahora la negociación laboral ha contribuido a suavizar el rostro más amargo del capitalismo, y lo ha hecho actuando en la rueda de la economía mediante los ejes estratégicos que aparecen en la figura 2:

(VER FIGURA AL INICIO DE ESTA ENTRADA)

Son estos dos ejes los que han utilizado los trabajadores para hacerle conquistas sociales y laborales al capitalismo, que es un sistema económico concebido para la supervivencia del más fuerte, para el uso del trabajo como una mercancía más y para imponer los principios de maximización de la ganancia y de acumulación privada e ilimitada del capital. El eje vertical COSTE-INGRESO es el que refleja la visión actual de la economía que tienen los agentes sociales. Es el “eje de la supervivencia individual”, pues cada empresa o trabajador sólo sobrevive en función de su posición en dicho eje. Este eje refleja que tan vital es el coste para el empresario como el ingreso para el trabajador, colocando así a ambos con el mismo nivel de agresividad en la defensa de posiciones que consideran vitales para sobrevivir.
El eje oblicuo-izquierda CAPITAL –SALARIO es el eje en el que se materializa socialmente la agresividad del eje COSTE-INGRESO. En él se refleja el conflicto de intereses que ha gobernado históricamente las negociaciones laborales hasta ahora, y le llamaremos “eje de la rivalidad” porque las negociaciones se han planteado en términos de “lo que gana el capital lo pierde el salario y viceversa”. Capital y salario son realidades económicas que han constituido y siguen constituyendo el paradigma de las diferencias políticas tradicionales entre derecha e izquierda hasta nuestros días.
Históricamente pues, la negociación laboral ha estado gobernada por los ejes de la supervivencia individual y de la rivalidad, y la siguen gobernando. Como consecuencia de ello, las patronales sólo toman en consideración el semicírculo superior (PRODUCCIÓN-COSTE-EMPLEO) y las organizaciones obreras el semicírculo inferior (EMPLEO-INGRESO-PRODUCCIÓN). Es en este contexto de rivalidad y visión de supervivencia de cada empresa e individuo que la patronal propone reformas estructurales del mercado de trabajo tendentes a minimizar EL COSTE para asegurar la supervivencia de la empresa y mejorar la productividad-país (reducción de la protección al trabajador, reducción de la indemnización por despido, uso de la temporalidad, refuerzo de la flexibilidad interna en la empresa, agencias privadas de colocación con ánimo de lucro, reducción de cotizaciones a la seguridad social, eliminación de costes y barreras a los expedientes de regulación de empleo etc).
En ese mismo contexto, los sindicatos se resisten a esas propuestas agresivas, y presentan alternativas que buscan maximizar EL INGRESO del trabajador, pues es lo que le asegura su supervivencia en el mercado de consumo. Estratégicamente los sindicatos españoles han tomado ahora una decisión arriesgada: ante la dureza negociadora de la patronal, han optado por separar la negociación del INGRESO de la negociación del COSTE. A principios de año suscribieron un acuerdo sobre el INGRESO, que es el referente para el trabajador. Ahora trabajan para cerrar un acuerdo sobre el COSTE, que es el referente para el empresario.
Pero tanto el acuerdo ya cerrado como el pendiente de cerrar no son acuerdos armónicos, sino acuerdos de supervivencia. Están hechos utilizando los ejes de la rivalidad y de la supervivencia individual, y estos son ya ejes viejos, que no activarán la buena economía y el crecimiento económico sostenible, porque los dientes de la rueda económica que los generan (capital, salario, coste e ingreso) han servido para que sindicatos y empresarios pudieran convivir con el capitalismo hasta el presente, pero no sirven para transitar hacia el futuro. Podemos trampear un rato más, creciendo de manera irracional e injusta hasta la próxima gran crisis del capitalismo financiero, que se producirá más pronto que tarde, pero no son ya estos los botones que hay que tocar para alcanzar un crecimiento económico armónico, sostenible y duradero.
¿Cuáles son entonces los nuevos ejes de la negociación?. ¿Y serán estos nuevos sejes compatibles con los principios dominantes del capitalismo financiero actual, o habría que “refundar el sistema”?.

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