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viernes, 25 de junio de 2010

EL G-20 EN CANADA: IR A LA RAÍZ PARA PROMOVER EL CAMBIO.

MANTRA: UNA MONEDA GLOBAL, UN BANCO CENTRAL GLOBAL, UN GOBIERNO ECONÓMICO GLOBAL.

1. Este fin de semana se reúnen los países del G-20 y sus máximos dirigentes políticos en Toronto. El 80% de la riqueza del mundo. Pésimamente distribuida, por cierto. Hablarán de economía. Los papeles que verán y en los que basarán sus decisiones han sido preparados por expertos y estudiosos de la economía. ¿Qué economía?.

2. La economía suele definirse popularmente como la ciencia que se ocupa de satisfacer las necesidades materiales utilizando recursos escasos. Llama la atención que se omite en la definición el fin primordial de la economía en el sistema económico capitalista vigente, a saber, satisfacer necesidades obteniendo la máxima retribución posible del capital aportado (maximización del beneficio en lenguaje popular). El diccionario de la lengua española define la economía como “ciencia que estudia los métodos más eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales mediante el empleo de bienes escasos”. Es una definición técnica, que puede servirnos como punto de partida a fin de que podamos entendernos.

3. Lo más importante en el conocimiento científico, como en casi todo en la vida, es la finalidad de las cosas. La definición de economía que contiene el diccionario de la lengua y que hemos convenido como buena para entendernos incluye una finalidad: “satisfacer las necesidades humanas materiales”. Parece un fin noble. ¿Es real este fin de la economía o es sólo aparente porque existe un “fin oculto” dominante?.

4. Actualmente la economía está invadida por las matemáticas, y la ingeniería. Esta invasión ha sacralizado el modelo económico vigente (el capitalismo) dotándolo de una manto protector “técnico-científico”. Este manto es utilizado por los estudiosos de la economía para aceptar como una verdad absoluta e incuestionable el “fin oculto” de la ciencia económica capitalista: la maximización del beneficio. Todo pivota sobre esta maximización: el precio del dinero, las balanzas de pagos, las cuentas públicas, los servicios del Estado, el salario del trabajador, la acumulación de la riqueza, etc.

5. En realidad el fin no es tan oculto. Podemos considerar que está implícito en la definición que hemos consensuado al aceptar que la economía estudia “los métodos más eficaces”. Implícitamente nuestra sociedad ha aceptado que el “método más eficaz” es la “maximización del beneficio”. Así que podríamos incorporar este hecho a la definición del diccionario, y redefinir la economía como “ciencia que estudia la mejor forma de maximizar el beneficio para satisfacer las necesidades humanas materiales mediante el empleo de bienes escasos”.

6. Aparentemente todo parece encajar, pero en realidad nos hemos hecho trampas a nosotros mismos. Al sustituir “los métodos más eficaces” por “la mejor forma de maximizar el beneficio” estamos sustituyendo el medio (métodos) por el fin (maximizar el beneficio). Hemos incorporado el fin oculto a la definición de economía, y entonces se pone en evidencia la gran contradicción de la economía capitalista porque ¿es compatible el fin de “maximizar el beneficio” con el fin de “satisfacer las necesidades humanas materiales”?. Conclusión: la definición y el contenido de la ciencia económica que ha consagrado el pensamiento capitalista es engañosa. Los expertos en economía son en realidad expertos en maximizar el beneficio. Y estos son los que hacen los papeles del G-20. ¿Puede cambiarse esto?.

7. Para cambiar tenemos que ir a la raíz y volver a los orígenes. Porque la ciencia económica capitalista secuestrada por las matemáticas y la ingeniería ha hecho olvidar al hombre que la ciencia económica es en sus orígenes ciencia del pensamiento filosófico, es decir, filosofía. Aristóteles estudió la economía en su tratado de la “Ëtica” y es considerado el padre de la economía. Es ahí (al pensamiento filosófico y la Ëtica) a donde tenemos que regresar para recuperarnos como sociedad humana y redefinir la economía.

8. La economía tiene que ser rescatada por la filosofía y la sociología para su redefinición y estudio, sin abandonar la matemática y la ingeniería. Estas últimas deben ser materias instrumentales al servicio de una nueva finalidad que debe construirse desde el ámbito de la filosofía y la sociología. Es de los pensadores (filósofos y sociólogos) de los que podemos esperar un nuevo paradigma económico, no de los tecnólogos (matemáticos o ingenieros). Por supuesto tampoco del G-20. Sus papeles han sido elaborados por expertos económicos secuestrados por las matemáticas y la ingeniería.

9. El camino hacia el cambio es y será combatido por las fuerzas que defienden el capitalismo como único modelo posible para organizar la economía de la sociedad humana. Las resistencias al cambio son muy fuertes. Por eso no podemos esperar gran cosa del G-20. Esto no quiere decir que dentro del capitalismo no se produzcan cambios, pero son parciales. El capitalismo puede ser asesino, pero no suicida. El capitalismo admite cambios, pero siempre que no afecten al núcleo duro del modelo. Por ejemplo el capitalismo de los siglos XIX y XX fue un capitalismo industrial. El del siglo XXI es ya un capitalismo financiero. Este es un cambio que no modifica el núcleo duro del sistema: la maximización del beneficio. Puede que el G-20 acuerde algunos cambios parciales. Debemos tomarlos como maquillaje. No esperemos cambios sustanciales. Cuando veamos que los filósofos y los sociólogos ponen la economía en el centro de sus pensamientos y trabajos, podremos empezar a tener esperanza. Ese tiempo parece que aún no ha llegado.

10. Opino que hay que reorientar los estudios de la economía para poder alcanzar un nuevo paradigma económico. Deberíamos empezar por una redefinición de la ciencia económica. Una definición abierta, una definición que no nos obligue a respaldar un modelo económico teóricamente perfecto, inmutable e incambiable. Por ejemplo propongo definir economía como “la ciencia que se ocupa de cómo podemos organizarnos para satisfacer con equidad nuestras necesidades individuales y colectivas utilizando recursos escasos”. ¿Por qué hemos de aceptar que el capitalismo y la maximización del beneficio es el modelo de organización económica que estamos condenados a tener por los siglos de los siglos?.

11. Debemos revisar la ciencia económica actual, en la que los tecnólogos (matemáticas e ingeniería) dominan de manera casi absoluta, e ir a un nuevo enfoque del saber económico construido también por los pensadores (filósofos, sociólogos, psicólogos etc.). Toda persona con un pensamiento estructurado y creativo puede adentrarse en el mundo de la economía y construir pensamiento económico. No es necesaria ninguna alta cualificación. Basta sentido común y capacidad de reflexión. Para comenzar el debate propongo entrar en la economía utilizando tres grandes rutas de acceso:

 La ingeniería de la economía, más adecuada para las aportaciones de los tecnólogos: se ocupa de la gestión de la inversión y la producción. Es un enfoque técnico de la gestión económica. Los instrumentos: la matemática, la estadística y la ingeniería.

 La sociología de la economía, más adecuada para las aportaciones de sociólogos, filósofos y otros: se ocupa de la gestión de los conflictos colectivos de intereses entre los distintos agentes económicos. Es un enfoque colectivo de la gestión económica. Los instrumentos: la sociología, la filosofía y las reglas de conducta colectiva.

 La psicología de la economía, más adeudada para las aportaciones de psicólogos, filósofos y otros: se ocupa de la gestión del consumo y el ahorro. Es un enfoque individual de la gestión económica. Los instrumentos: la psicología, la ética y los comportamientos individuales.

¿Significa esto que la economía es una ciencia interdisciplinar, que mejora cuando es abordada por especialistas con distintos enfoques del conocimiento y empeora cuando se deja sólo en manos de expertos en economía?. Pues a lo mejor. Quizás la economía es algo demasiado importante para la vida de todos nosotros como para dejarla sólo en manos de los “sabios” en economía... y de los políticos. Os invito a repensar... la economía.

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