“Es increíble el número de tonterías que se pueden creer si se aísla uno demasiado tiempo del pensamiento de los demás, sobre todo en economía (así como en las otras ciencias morales), en la que con frecuencia es imposible poner a prueba de manera definitiva las ideas propias, ya sea formal o experimentalmente..... Las ideas aquí desarrolladas tan laboriosamente son en extremo sencillas y deberían ser obvias. La dificultad reside no en las ideas nuevas, sino en rehuir la viejas que entran rondando hasta el último pliegue del entendimiento de quienes se han educado en ellas, como la mayoría de nosotros”
J. M. Keynes. 13 de diciembre de 1935.
MANTRA. UNA MONEDA GLOBAL, UN BANCO CENTRAL GLOBAL, UN GOBIERNO ECONÓMICO GLOBAL.
1. He considerado oportuno comenzar esta segunda y última parte de mis reflexiones sobre el proceso de falseamiento del axioma capitalista que vincula crecimiento económico y empleo con esta cita de Keynes. Para quienes consideramos que la teoría económica es sobre todo una ciencia moral gobernada por el pensamiento lógico más que por el hecho empírico, esta cita es un respaldo importante. Utilizando la lógica de las ideas se puede construir buena economía, como hizo el propio Keynes en su momento. Es la lógica (además de la moral), lo que falló desde 1980 en las finanzas y los productos financieros de los países occidentales, y lo que nos trajo en 2008 el desastre económico que padecemos. Opino que mientras los economistas y los gobernantes no recuperen la moral y la lógica económicas, no saldremos de esta.
2. Las reflexiones que voy a exponer son un avance de ideas nuevas y están construidas desde la lógica económica. No espero que los economistas oficiales las compartan, pero sí que no las descalifiquen antes de examinarlas razonadamente. También espero presentarlas de tal manera que sean entendibles por cualquier ciudadano de mediana formación. Por su novedad son ideas que chocan con la viejas ideas económicas vigentes. Las formulo con el ánimo de ayudar a encontrar la salida al problema económico en que estamos atrapados, para el que ni el keynesianismo ni el monetarismo tienen la solución. Cada una de estas teorías ha realizado aportaciones relevantes a la economía que me atrevo a resumir en dos: el keynesianismo encontró los mecanismos provechosos para la intervención de los poderes públicos en la economía; el monetarismo encontró los mecanismos útiles para el control de la inflación de precios y salarios. Pero ambas teorías han cubierto su etapa y ya no sirven para gestionar y entender nuestra economía globalizada y gobernada por la finanzas privadas.
3. La teoría económica moderna no ha incorporado al análisis económico dos fenómenos recientes de máximo impacto en la economía global: la tecnificación de la producción y la bancarización del dinero. Detrás de la tecnificación de la producción está la innovación y la tecnología, y detrás de la bancarización del dinero están las finanzas globales. Estos dos elementos (tecnología y finanzas) han estado siempre presentes en la economía y en sus diversas teorías, pero desde finales del siglo XX abandonaron el papel de segundones y ahora actúan como protagonistas, siendo ellos los que determinan y gobiernan nuestros modos de producción y de consumo. Tecnología y finanzas han cambiado y siguen cambiando cualitativamente la realidad económica de modo tan profundo que necesitamos una nueva teoría económica que reinterprete la realidad y reoriente la política económica de los Gobiernos. Esta carencia de una nueva teoría económica es muy grave, porque los gobernantes, en una huida hacia delante puesto que la vida no se para y no hay tiempo para esperar a la elaboración de una nueva teoría, aplican las viejas teorías económicas conocidas (keynesianismo o monetarismo), de momento sin resultados. ¿Por qué sin resultados?.
4. Ninguna de esas teorías tiene entre sus preocupaciones la variable económica determinante de la economía global actual: las productividad. La productividad es el hijo natural de esos dos elementos (tecnología y finanzas) que han tomado el protagonismo y el control de la economía globalizada. A pesar de ese fallo en las teorías económicas vigentes, los gobernantes y los economistas oficiales han sacralizado esta variable. Todas las naciones y grandes empresas esperan alcanzar la salvación mediante la productividad, y la han convertido en el instrumento económico estratégico que traerá a la sociedad el crecimiento económico y el aumento del empleo. Pero nadie se ha detenido a pensar y explicar la lógica económica de ese proceso. Y cuando intentamos explicarlo razonadamente, nos llevamos una desagradable sorpresa: la productividad traerá crecimiento económico, pero ya no traerá aumento del empleo. ¿Cómo puede ser posible?.
5. La productividad está en el “adn” del capitalismo, ya que maximiza la ganancia, y maximizar la ganancia es el fin principal del capitalismo. Y lo está de tal modo, que es el gen encargado de llevar el capitalismo a su pleno desarrollo. En esas estamos ahora. Vivimos los tiempos en los que el gen de la productividad impulsará la entrada en la sociedad automatizada. Las máquinas y los automatismos han aumentado su presencia en la producción y el consumo desde la revolución industrial, pero la revolución tecnológica de finales del siglo XX acelerará este proceso más y más hasta generar un tipo de sociedad que ahora no podemos imaginar. Una sociedad en la que las máquinas y los autómatas se encargarían de los trabajos rutinarios y duros parece un mundo mejor que el actual. Pero hay un problema que no contemplan las teorías económicas vigentes: la productividad basada en la masificación de los autómatas es un gran disolvente del empleo. ¿Qué significa esto?.
6. Como he comentado en la entrada al blog del pasado día 13, fue necesario que los monetaristas centraran la atención de la economía en el control de la inflación de precios para desplazar así a los keynesianos y sus políticas económicas. Aunque no comparto la mayoría de principios de la teoría económica del monetarismo, es de justicia alabar la preocupación del pensamiento económico monetarista por el control de la inflación, y comparto con ellos el postulado de que la inflación alta es un terrible disolvente de las rentas y patrimonios monetarios. La inflación reduce el poder adquisitivo de la rentas, y una inflación aguda y continuada acaba con la seguridad económica y empobrece a la población. Hay abundantes ejemplos de ello en las economías latinoamericanas. Traigo estos hechos aquí por analogía con lo que sucede con la productividad. La productividad es un disolvente del empleo, y una productividad masiva y continuada reduce el empleo en las sociedades desarrolladas. La diferencia es que mientras los monetaristas tenían una teoría económica que contemplaba los daños de la inflación en las rentas y sus soluciones, ahora no disponemos de una teoría económica que contemple los daños de la productividad en el empleo y sus soluciones. ¿Qué está pasando?
7. Pasa que una vez superada aparentemente la contradicción entre capital y trabajo propia del análisis económico marxista, estamos de nuevo atrapados en una gran contradicción social: mientras el buen gobernante tiene la obligación de aproximar la sociedad al pleno empleo a través del crecimiento económico para asegurar el bienestar de su pueblo, el buen empresario capitalista tiene la obligación de maximizar la ganancia empresarial a través de la productividad para asegurar el bienestar de sus accionistas. La tragedia es que estas obligaciones no son complementarias, sino contradictorias, como voy a demostrar. Los agentes económicos y los agentes políticos tienen obligaciones morales incompatibles, y eso perjudica a los ciudadanos.
8. Para superar la contradicción descrita, los economistas oficiales le cantan a los gobernantes la canción económica que les gusta oír a fin de convencerles de una vinculación entre empleo y crecimiento económico que en realidad ha dejado de darse en los países avanzados. El economista oficial utiliza la lógica económica mediante la siguiente secuencia: más productividad trae más competitividad; más competitividad trae más ventas; más ventas trae más producción; más producción trae más crecimiento económico; más crecimiento económico trae más empleo. Esta canción no sólo la compran los gobernantes; también la compran sus pueblos, aunque sea una canción falseada. Pero les gusta porque promete más crecimiento económico y más empleo. ¿Y cuál es la realidad?
9. La realidad económica no camina hacia el pleno empleo, sino hacia el pleno descanso. La canción del empresariado capitalista tiene una lógica económica inversa a la del gobernante. Por una parte la sofisticación de la finanzas ha permitido a la empresa jugar a ganar dinero fuera de la economía real. Por otro, volviendo a la economía real, la secuencia del razonamiento empresarial es la siguiente: para incrementar los beneficios se necesita más crecimiento económico; para incrementar el crecimiento se necesita más producción; para incrementar la producción se necesita vender más (la empresa no produce si no vende); para incrementar las ventas se necesita más productividad (la empresa no vende si no es competitiva); para incrementar la productividad se necesita menos gente produciendo más y mejores bienes (reducir el empleo) a menor coste; para que menos gente produzca más, mejor y más barato se necesita más ciencia, más investigación y más innovación tecnológica. Así que más ciencia, más investigación y mas innovación tecnológica trae menos empleo. Pero no era este el destino buscado. ¿Dónde nos hemos perdido?.
10. No nos hemos perdido. Nos pasa que no tenemos una teoría económica comprensiva del capitalismo como sistema económico, casi 500 años después de su aparición en occidente. Hemos hecho avances en la teoría económica, pero insuficientes. Del mercantilismo al neoliberalismo actual pasando por el liberalismo clásico y el keynesianismo. ¿Y ahora qué?. Es evidente que el capitalismo ha evolucionado con el tiempo, y ha sabido adaptarse a muy diversas circunstancias políticas y sociales. De no haberlo hecho probablemente no hubiera sobrevivido. La crisis de 2008 ha vuelto a colocarlo en circunstancias críticas, no sólo porque su excesivo afán de lucro y concentración de la riqueza han estado a punto de colapsar le economía, sino porque la sociedad dejará de apoyar un sistema que puede seguir aportando crecimiento económico pero que cada vez tiene menos capacidad de crear empleo. Creo haber demostrado que el capitalismo, en su actual fase de desarrollo, debilitará cada vez más la conexión entre crecimiento económico y empleo. ¿Es posible elaborar una nueva teoría económica que reoriente los fines del capitalismo, como hizo el keynesianismo en su día, o el modelo está ya agotado y sin salida?. Interesante pregunta para otro momento.