A modo de síntesis:
“Los mercados” es el término conceptual con el que nos referimos al sistema financiero capitalista. El sistema financiero es un problema global que sólo el G-20 puede solucionar. Hasta ahora no han hecho nada. Anuncian medidas para la próxima reunión en junio. Ya veremos. A la mayoría de las personas les cuesta entender cómo funcionan “los mercados”. Utilizamos una operación de la economía real como la compra de un coche para explicar el proceso a través del cual “los mercados” crean productos financieros para ganar dinero comerciando con el riesgo. Demostramos cómo en el “proceso de financiarización”, los agentes económicos hacen lo que no deben y no hacen lo que deben. Entramos en las tripas del dios de “los mercados”. Es un pequeño paso para entender los males de nuestras sociedades, que seguirán enfermándonos si el G-20 no los corrige. Porque el problema es global y la solución sólo puede ser global.
MANTRA:
UNA MONEDA GLOBAL. UN BANCO CENTRAL GLOBAL. UN GOBIERNO ECONÓMICO GLOBAL.
1. El mercado de títulos y papeles es el que está impidiendo una salida racional y correcta de la crisis económica. Este mercado es el mercado financiero, y a el se refieren continuamente los medios de comunicación con la denominación de “los mercados”, contribuyendo así a elevarlo a la categoría de “mercado supremo” y a crear en el imaginario de los ciudadanos un sentimiento colectivo de reverencia y temor ante este nuevo dios de la economía.
2. El dios de “los mercados” es capaz de lo mejor y de lo peor, no tiene rostro, su símbolo es el dinero líquido, se alimenta de productos financieros (activos) muchos de ellos tóxicos, y ante su altar se sacrificaron algunos bancos, se acaban de sacrificar algunos países europeos con sus ciudadanos y se sacrificará la economía global. En manos de este dios, los Gobierno nacionales son como plumas al viento. Sólo medidas conjuntas de todos los Gobiernos del G-20 pueden dominar al monstruo. A casi dos años de la crisis, el G-20 no ha hecho otra cosa que poner nuevo alimento encima de la mesa (liquidez) para satisfacer al monstruo. No le han debilitado. Sólo le han engordado.
3. La primera semana de mayo ese dios justiciero fue capaz de lo peor, y puso a las economías nacionales de la Unión Europea en jaque utilizando la deuda pública. El lunes de la segunda semana, 10 de mayo, el mismo dios fue capaz de lo mejor, y puso a las bolsas europeas en la gloria, con subidas de algunos títulos y papeles por encima del 20%. En el medio, los países de la Zona Euro, en coordinación con el FMI decidieron inyectar en la economía europea 750.000 millones de euros en dinero líquido para alimentar a ese dios insaciable. El martes, ese mismo dios puso a las bolsas un correctivo. Los sacerdotes de este “tinglado” lo llaman eufemísticamente “recoger beneficios”. ¿Pero cómo funciona este “tinglado”?. ¿Cómo son las tripas de este dios al que todos nos sometemos, incluidos los gobiernos nacionales?.
4. No es sencillo explicar cómo son las tripas de este monstruo. Como las tripas físicas, son largas y están revueltas, aunque no desordenadas. Por sus conductos, circulan continuamente activos financieros de diversas clases, muchísimos de ellos tóxicos. Vamos a intentar explicarlo acudiendo a una experiencia económica real que casi todos los ciudadanos vivimos incluso más de una vez a lo largo de nuestra existencia. Porque... ¿quién de nosotros no ha comprado un coche o conoce a alguien que lo haya comprado?.
5. Hay dos formas de comprar un coche. Primera: pones el dinero encima del mostrador y te llevas el coche del concesionario. Esto es economía directa, como el título de nuestro blog. En ese caso el mercado de títulos y papeles queda desairado y no se lleva nada. Esa es una buena operación para la economía real del concesionario y el fabricante, pero es una pésima operación para “los mercados”. Así el dios justiciero de “los mercados” no gana dinero y eso está muy mal.
6. Primera conclusión de cómo funciona el monstruo: hay que hacer todo lo posible para que las cosas no se paguen al contado a fin de no desairar al dios de “los mercados”. Y para que las cosas no se paguen al contado, ciudadanos y empresas tienen que poseer la menor cantidad posible de dinero líquido a fin de que tengan que acudir al endeudamiento. Esta es una regla de oro para el dios de “los mercados”. Ahora podemos entender mejor por qué el modelo económico en el que vivimos pelea para pagar salarios escuálidos, combate el reparto de la riqueza y deja sin liquidez a las empresas.
7. Segunda manera de comprar un coche: firmas un contrato de compra-venta con el concesionario. Eso ya está mucho mejor. Cuando firmas algo ya hay un papel (el contrato) con obligaciones económicas para alguien, y el dios de los mercados de títulos y papeles ya tiene trabajo y se pone contento. ¿Por qué?.
8. Porque el contrato, que recoge un acuerdo entre las partes (la financiera del concesionario y el comprador del coche) con obligaciones para una y derechos para otra, es un papel con riesgo. ¿Riesgo?. ¿Dónde?. ¿Pero no es un contrato?. Claro, y los contratos pueden no cumplirse por la parte que tiene obligaciones., y ese es el riesgo. Y si hay riesgo, el dios de “los mercados” ya puede ponerse a trabajar. ¿ Y qué hace?. Muy sencillo: intentar ganar dinero con el riesgo. ¿Y cómo lo hace?. Eso es un poco más complicado de explicar, pero lo intentamos.
9. El punto de partida es el concesionario, porque el concesionario es el creador y primer dueño del papel. Es él quien ha firmado el contrato de compra-venta con el cliente. Sin el concesionario y su contrato (el papel), nada podría hacer el dios de los mercados de títulos y papeles. Pero donde hay un contrato, allí se persona rápidamente el dios a ver cómo le saca provecho. Y la primera operación que hace nuestro dios es proponerle al concesionario “la titulización” del contrato que ha firmado. ¿Titulización?: ¿Qué es eso?.
10. Titulización es la forma de convertir el contrato jurídico de compra-venta del coche en un activo financiero estructurado. Y los activos financieros son el pan con el que se alimentan “los mercados” financieros. Obviamente por esta operación el “titulizador” se cobrará su ganancia. ¿Pero quién tiene el poder y las capacidades para convertir contratos jurídicos de compraventa de coches en activos financieros estructurados con posibilidad de ser negociados en “los mercados”?.
11. Las entidades financieras, que son el sumo sacerdote del dios de “los mercados” de títulos y papeles, tienen ese poder. La banca viene a ver al concesionario y tarda poco en convencerle de la conveniencia para todos (también para el propio concesionario) de titulizar el contrato. Si además en la operación de compraventa hay una ayuda pública a cargo de fondos del Estado, la titulización es mucho más interesante. ¿Y eso?.
12. Pues porque aunque el concesionario ha vendido el coche en 15.000 euros al comprador, si se incluye la ayuda pública el contrato vale 20.000 euros, y esa es una diferencia bien interesante para negociar con la titulización. Diferencias de precio en los activos financieros es la base del negocio de “los mercados” de títulos y papeles. Pero no vamos a adentrarnos en ese espinoso terreno. Volvamos a la titulización. Titulizar el contrato implica que el concesionario se quita de encima el riesgo de que el cliente deje de cumplir sus obligaciones de pagar el coche y además cobra el importe del contrato. ¿Cómo se hace éso?.
13. Vendiéndole a un tercero el contrato de compraventa del coche, ahora convertido ya en un activo financiero estructurado atractivo para “los mercados”. El banco vende el “título o papel”, y con el papel viaja el riesgo de que el comprador deje de pagar. El banco se cobra su por qué en la operación y se quita el riesgo de encima. El concesionario cobra el importe del contrato (todo o la mayor parte), y se quita el riesgo de encima. Si no fuera porque se trata de la compraventa de un coche, podríamos pensar que alguien está lavando dinero. ¿Y a dónde viajan el contrato, convertido ya en activo financiero estructurado, y su riesgo?. ¿Quién es tan insensato como para prestarse a este “tinglado” del dios de los mercados?.
14. Dicen algunos que el activo financiero estructurado y el riesgo asociado al mismo lo compra en primera instancia el fabricante de los coches, a través de la fábrica que en su momento vendió al concesionario el coche objeto del contrato, ahora ya convertido en activo financiero. ¿Un poco enrevesado el asunto, no?. Pues sí, pero para que el dios de los mercados de títulos y papeles gane dinero las cosas tienen que ser así. ¿Y es el fabricante de coches el que se queda con el riesgo de que el comprador deje de pagar el coche?. Para ese viaje no hacían falta tantas vueltas.
15. Cierto. Pero no es el fabricante quien se queda con “la amenaza del riesgo”. El fabricante de coches coloca el activo financiero estructurado, a través de otra institución financiera, en los fondos de inversión o en los fondos de pensiones. Estos compran el papel a cambio de una prima, o con la expectativa de poder colocar el activo financiero a otro fondo inversor en el caso de que los “creadores de mercados” hayan conseguido crear un mercado para estos activos financieros donde los títulos se puedan comprar y vender, ganando dinero. ¿Quién es entonces el último tenedor del contrato titulizado y del riesgo de impago del comprador del coche?.
16. Esta es la pregunta esencial de todo el proceso que hemos descrito. El riesgo de insolvencia del comprador de coches del fabricante F se lo queda como último garante el fondo de pensiones de los trabajadores de la fábrica “Fa”, o el fondo de inversiones de los ciudadanos del Fondo “Fi”. En conclusión, que el dios de los mercados de títulos y papeles, ese al que tanto tememos y reverenciamos, ha conseguido que el riesgo de impago de los ciudadanos compradores de coches del fabricante F lo soporten los trabajadores partícipes del fondo de pensiones o los ciudadanos partícipes del fondo de inversiones. Y siendo esto así, ¿cuáles son las consecuencias de este proceso de “financiarización” de la economía que hemos descrito?.
17. La primera consecuencia es que ninguno de los actores que intervienen en la cadena de compra-venta de un coche hace lo que debe, y todos hacen lo que no deben. En la economía real se espera que la banca obtenga su beneficio invirtiendo en la producción de coches asumiendo así el riesgo de la inversión, que la fábrica de coches obtenga su beneficio de la venta de lo que fabrica asumiendo el riesgo del gusto del consumidor, que el concesionario obtenga su beneficio de la comercialización de los coches fabricados asumiendo el riesgo de las ventas del competidor, que la financiera obtenga su beneficio de la operación de financiar la compra del coche asumiendo el riesgo de insolvencia del comprador, que la aseguradora obtenga su beneficio de la prima del seguro asumiendo el riesgo de accidente del conductor, etc.
18. Pero en la economía “financiarizada” todo funciona de otro modo a fin de transferir el riesgo a otros. La banca obtiene beneficios de crear y colocar activos financieros basados en contratos. La fábrica obtiene beneficios vendiendo activos financieros a su multinacional-matriz. El concesionario obtiene beneficios titulizando el contrato de compra-venta. La financiera obtiene beneficios titulizando los seguros. La aseguradora obtiene beneficios titulizando los servicios postventa. Todo ello utilizando activos financieros cuyo subyacente es el contrato de compra-venta de un coche, activos que dislocan y descentran la realidad económica una vez situados en las tripas del dios de “los mercados”.
19. La segunda consecuencia es que haciendo malabarismos financieros, “los mercados” de títulos y papeles consiguen que sean los ciudadanos quienes se hacen cargo del riesgo financiero de otros ciudadanos, mientras “los financieros” se llenan el bolsillo de dinero jugando al juego de traspasar el riesgo financiero de unos ciudadanos a otros. Los ciudadanos ahorradores se hacen cargo del impago de los ciudadanos compradores. ¿Pero cómo es esto posible?. ¿Pero no habíamos constituido los bancos, las financieras y las aseguradoras para que fueran las depositarias últimas del riesgo financiero?. Sí pero no. Porque en la economía “financiarizada” todo es posible merced a la magia irresponsable de “los mercados”, esos que han dejado de servir a los ciudadanos, y que ahora ya sólo se sirven a sí mismo utilizando a los ciudadanos.
20. Espero haber aclarado algo el interior de las tripas del monstruo al que los medios de comunicación, los economistas y los políticos se refieren con el eufemismo de “los mercados”. Como he dicho antes, por esas tripas circulan otros activos financieros mucho más complejos y tóxicos que los activos basados en contratos de compraventa de coches, como es el caso de los productos derivados. Si analizáramos las tripas de cómo el monstruo fabrica y comercia con los derivados, temblaríamos. Pero todos los activos tienen la misma raíz: son creados por los bancos, sin supervisión ni autorización previa de las autoridades políticas ni monetarias, con la finalidad de “comerciar y/o especular” con el riesgo financiero que contienen y para ganar dinero líquido. Esta actividad sin control de “los mercados” de títulos y papeles, realizada además a nivel global, es la que nos está matando poco a poco, y la que, llevada al límite, nos destruirá.
21. Y para terminar, una llamada de atención. Nosotros, los lectores de este blog, somos ciudadanos libres y responsables, pero hemos abdicado de esta tarea. Nosotros tenemos la palabra, el voto, libertades públicas, cauces para la participación política y la fuerza de la unión pero estamos paralizados por la comodidad y por el conformismo. Nosotros sabemos que para cambiar las cosas hay que pelear, pero no estamos dispuestos al esfuerzo. Cuando llegue el tsunami financiero, anegándolo todo, no podremos alegar ignorancia. Sólo indolencia.
“Los mercados” es el término conceptual con el que nos referimos al sistema financiero capitalista. El sistema financiero es un problema global que sólo el G-20 puede solucionar. Hasta ahora no han hecho nada. Anuncian medidas para la próxima reunión en junio. Ya veremos. A la mayoría de las personas les cuesta entender cómo funcionan “los mercados”. Utilizamos una operación de la economía real como la compra de un coche para explicar el proceso a través del cual “los mercados” crean productos financieros para ganar dinero comerciando con el riesgo. Demostramos cómo en el “proceso de financiarización”, los agentes económicos hacen lo que no deben y no hacen lo que deben. Entramos en las tripas del dios de “los mercados”. Es un pequeño paso para entender los males de nuestras sociedades, que seguirán enfermándonos si el G-20 no los corrige. Porque el problema es global y la solución sólo puede ser global.
MANTRA:
UNA MONEDA GLOBAL. UN BANCO CENTRAL GLOBAL. UN GOBIERNO ECONÓMICO GLOBAL.
1. El mercado de títulos y papeles es el que está impidiendo una salida racional y correcta de la crisis económica. Este mercado es el mercado financiero, y a el se refieren continuamente los medios de comunicación con la denominación de “los mercados”, contribuyendo así a elevarlo a la categoría de “mercado supremo” y a crear en el imaginario de los ciudadanos un sentimiento colectivo de reverencia y temor ante este nuevo dios de la economía.
2. El dios de “los mercados” es capaz de lo mejor y de lo peor, no tiene rostro, su símbolo es el dinero líquido, se alimenta de productos financieros (activos) muchos de ellos tóxicos, y ante su altar se sacrificaron algunos bancos, se acaban de sacrificar algunos países europeos con sus ciudadanos y se sacrificará la economía global. En manos de este dios, los Gobierno nacionales son como plumas al viento. Sólo medidas conjuntas de todos los Gobiernos del G-20 pueden dominar al monstruo. A casi dos años de la crisis, el G-20 no ha hecho otra cosa que poner nuevo alimento encima de la mesa (liquidez) para satisfacer al monstruo. No le han debilitado. Sólo le han engordado.
3. La primera semana de mayo ese dios justiciero fue capaz de lo peor, y puso a las economías nacionales de la Unión Europea en jaque utilizando la deuda pública. El lunes de la segunda semana, 10 de mayo, el mismo dios fue capaz de lo mejor, y puso a las bolsas europeas en la gloria, con subidas de algunos títulos y papeles por encima del 20%. En el medio, los países de la Zona Euro, en coordinación con el FMI decidieron inyectar en la economía europea 750.000 millones de euros en dinero líquido para alimentar a ese dios insaciable. El martes, ese mismo dios puso a las bolsas un correctivo. Los sacerdotes de este “tinglado” lo llaman eufemísticamente “recoger beneficios”. ¿Pero cómo funciona este “tinglado”?. ¿Cómo son las tripas de este dios al que todos nos sometemos, incluidos los gobiernos nacionales?.
4. No es sencillo explicar cómo son las tripas de este monstruo. Como las tripas físicas, son largas y están revueltas, aunque no desordenadas. Por sus conductos, circulan continuamente activos financieros de diversas clases, muchísimos de ellos tóxicos. Vamos a intentar explicarlo acudiendo a una experiencia económica real que casi todos los ciudadanos vivimos incluso más de una vez a lo largo de nuestra existencia. Porque... ¿quién de nosotros no ha comprado un coche o conoce a alguien que lo haya comprado?.
5. Hay dos formas de comprar un coche. Primera: pones el dinero encima del mostrador y te llevas el coche del concesionario. Esto es economía directa, como el título de nuestro blog. En ese caso el mercado de títulos y papeles queda desairado y no se lleva nada. Esa es una buena operación para la economía real del concesionario y el fabricante, pero es una pésima operación para “los mercados”. Así el dios justiciero de “los mercados” no gana dinero y eso está muy mal.
6. Primera conclusión de cómo funciona el monstruo: hay que hacer todo lo posible para que las cosas no se paguen al contado a fin de no desairar al dios de “los mercados”. Y para que las cosas no se paguen al contado, ciudadanos y empresas tienen que poseer la menor cantidad posible de dinero líquido a fin de que tengan que acudir al endeudamiento. Esta es una regla de oro para el dios de “los mercados”. Ahora podemos entender mejor por qué el modelo económico en el que vivimos pelea para pagar salarios escuálidos, combate el reparto de la riqueza y deja sin liquidez a las empresas.
7. Segunda manera de comprar un coche: firmas un contrato de compra-venta con el concesionario. Eso ya está mucho mejor. Cuando firmas algo ya hay un papel (el contrato) con obligaciones económicas para alguien, y el dios de los mercados de títulos y papeles ya tiene trabajo y se pone contento. ¿Por qué?.
8. Porque el contrato, que recoge un acuerdo entre las partes (la financiera del concesionario y el comprador del coche) con obligaciones para una y derechos para otra, es un papel con riesgo. ¿Riesgo?. ¿Dónde?. ¿Pero no es un contrato?. Claro, y los contratos pueden no cumplirse por la parte que tiene obligaciones., y ese es el riesgo. Y si hay riesgo, el dios de “los mercados” ya puede ponerse a trabajar. ¿ Y qué hace?. Muy sencillo: intentar ganar dinero con el riesgo. ¿Y cómo lo hace?. Eso es un poco más complicado de explicar, pero lo intentamos.
9. El punto de partida es el concesionario, porque el concesionario es el creador y primer dueño del papel. Es él quien ha firmado el contrato de compra-venta con el cliente. Sin el concesionario y su contrato (el papel), nada podría hacer el dios de los mercados de títulos y papeles. Pero donde hay un contrato, allí se persona rápidamente el dios a ver cómo le saca provecho. Y la primera operación que hace nuestro dios es proponerle al concesionario “la titulización” del contrato que ha firmado. ¿Titulización?: ¿Qué es eso?.
10. Titulización es la forma de convertir el contrato jurídico de compra-venta del coche en un activo financiero estructurado. Y los activos financieros son el pan con el que se alimentan “los mercados” financieros. Obviamente por esta operación el “titulizador” se cobrará su ganancia. ¿Pero quién tiene el poder y las capacidades para convertir contratos jurídicos de compraventa de coches en activos financieros estructurados con posibilidad de ser negociados en “los mercados”?.
11. Las entidades financieras, que son el sumo sacerdote del dios de “los mercados” de títulos y papeles, tienen ese poder. La banca viene a ver al concesionario y tarda poco en convencerle de la conveniencia para todos (también para el propio concesionario) de titulizar el contrato. Si además en la operación de compraventa hay una ayuda pública a cargo de fondos del Estado, la titulización es mucho más interesante. ¿Y eso?.
12. Pues porque aunque el concesionario ha vendido el coche en 15.000 euros al comprador, si se incluye la ayuda pública el contrato vale 20.000 euros, y esa es una diferencia bien interesante para negociar con la titulización. Diferencias de precio en los activos financieros es la base del negocio de “los mercados” de títulos y papeles. Pero no vamos a adentrarnos en ese espinoso terreno. Volvamos a la titulización. Titulizar el contrato implica que el concesionario se quita de encima el riesgo de que el cliente deje de cumplir sus obligaciones de pagar el coche y además cobra el importe del contrato. ¿Cómo se hace éso?.
13. Vendiéndole a un tercero el contrato de compraventa del coche, ahora convertido ya en un activo financiero estructurado atractivo para “los mercados”. El banco vende el “título o papel”, y con el papel viaja el riesgo de que el comprador deje de pagar. El banco se cobra su por qué en la operación y se quita el riesgo de encima. El concesionario cobra el importe del contrato (todo o la mayor parte), y se quita el riesgo de encima. Si no fuera porque se trata de la compraventa de un coche, podríamos pensar que alguien está lavando dinero. ¿Y a dónde viajan el contrato, convertido ya en activo financiero estructurado, y su riesgo?. ¿Quién es tan insensato como para prestarse a este “tinglado” del dios de los mercados?.
14. Dicen algunos que el activo financiero estructurado y el riesgo asociado al mismo lo compra en primera instancia el fabricante de los coches, a través de la fábrica que en su momento vendió al concesionario el coche objeto del contrato, ahora ya convertido en activo financiero. ¿Un poco enrevesado el asunto, no?. Pues sí, pero para que el dios de los mercados de títulos y papeles gane dinero las cosas tienen que ser así. ¿Y es el fabricante de coches el que se queda con el riesgo de que el comprador deje de pagar el coche?. Para ese viaje no hacían falta tantas vueltas.
15. Cierto. Pero no es el fabricante quien se queda con “la amenaza del riesgo”. El fabricante de coches coloca el activo financiero estructurado, a través de otra institución financiera, en los fondos de inversión o en los fondos de pensiones. Estos compran el papel a cambio de una prima, o con la expectativa de poder colocar el activo financiero a otro fondo inversor en el caso de que los “creadores de mercados” hayan conseguido crear un mercado para estos activos financieros donde los títulos se puedan comprar y vender, ganando dinero. ¿Quién es entonces el último tenedor del contrato titulizado y del riesgo de impago del comprador del coche?.
16. Esta es la pregunta esencial de todo el proceso que hemos descrito. El riesgo de insolvencia del comprador de coches del fabricante F se lo queda como último garante el fondo de pensiones de los trabajadores de la fábrica “Fa”, o el fondo de inversiones de los ciudadanos del Fondo “Fi”. En conclusión, que el dios de los mercados de títulos y papeles, ese al que tanto tememos y reverenciamos, ha conseguido que el riesgo de impago de los ciudadanos compradores de coches del fabricante F lo soporten los trabajadores partícipes del fondo de pensiones o los ciudadanos partícipes del fondo de inversiones. Y siendo esto así, ¿cuáles son las consecuencias de este proceso de “financiarización” de la economía que hemos descrito?.
17. La primera consecuencia es que ninguno de los actores que intervienen en la cadena de compra-venta de un coche hace lo que debe, y todos hacen lo que no deben. En la economía real se espera que la banca obtenga su beneficio invirtiendo en la producción de coches asumiendo así el riesgo de la inversión, que la fábrica de coches obtenga su beneficio de la venta de lo que fabrica asumiendo el riesgo del gusto del consumidor, que el concesionario obtenga su beneficio de la comercialización de los coches fabricados asumiendo el riesgo de las ventas del competidor, que la financiera obtenga su beneficio de la operación de financiar la compra del coche asumiendo el riesgo de insolvencia del comprador, que la aseguradora obtenga su beneficio de la prima del seguro asumiendo el riesgo de accidente del conductor, etc.
18. Pero en la economía “financiarizada” todo funciona de otro modo a fin de transferir el riesgo a otros. La banca obtiene beneficios de crear y colocar activos financieros basados en contratos. La fábrica obtiene beneficios vendiendo activos financieros a su multinacional-matriz. El concesionario obtiene beneficios titulizando el contrato de compra-venta. La financiera obtiene beneficios titulizando los seguros. La aseguradora obtiene beneficios titulizando los servicios postventa. Todo ello utilizando activos financieros cuyo subyacente es el contrato de compra-venta de un coche, activos que dislocan y descentran la realidad económica una vez situados en las tripas del dios de “los mercados”.
19. La segunda consecuencia es que haciendo malabarismos financieros, “los mercados” de títulos y papeles consiguen que sean los ciudadanos quienes se hacen cargo del riesgo financiero de otros ciudadanos, mientras “los financieros” se llenan el bolsillo de dinero jugando al juego de traspasar el riesgo financiero de unos ciudadanos a otros. Los ciudadanos ahorradores se hacen cargo del impago de los ciudadanos compradores. ¿Pero cómo es esto posible?. ¿Pero no habíamos constituido los bancos, las financieras y las aseguradoras para que fueran las depositarias últimas del riesgo financiero?. Sí pero no. Porque en la economía “financiarizada” todo es posible merced a la magia irresponsable de “los mercados”, esos que han dejado de servir a los ciudadanos, y que ahora ya sólo se sirven a sí mismo utilizando a los ciudadanos.
20. Espero haber aclarado algo el interior de las tripas del monstruo al que los medios de comunicación, los economistas y los políticos se refieren con el eufemismo de “los mercados”. Como he dicho antes, por esas tripas circulan otros activos financieros mucho más complejos y tóxicos que los activos basados en contratos de compraventa de coches, como es el caso de los productos derivados. Si analizáramos las tripas de cómo el monstruo fabrica y comercia con los derivados, temblaríamos. Pero todos los activos tienen la misma raíz: son creados por los bancos, sin supervisión ni autorización previa de las autoridades políticas ni monetarias, con la finalidad de “comerciar y/o especular” con el riesgo financiero que contienen y para ganar dinero líquido. Esta actividad sin control de “los mercados” de títulos y papeles, realizada además a nivel global, es la que nos está matando poco a poco, y la que, llevada al límite, nos destruirá.
21. Y para terminar, una llamada de atención. Nosotros, los lectores de este blog, somos ciudadanos libres y responsables, pero hemos abdicado de esta tarea. Nosotros tenemos la palabra, el voto, libertades públicas, cauces para la participación política y la fuerza de la unión pero estamos paralizados por la comodidad y por el conformismo. Nosotros sabemos que para cambiar las cosas hay que pelear, pero no estamos dispuestos al esfuerzo. Cuando llegue el tsunami financiero, anegándolo todo, no podremos alegar ignorancia. Sólo indolencia.
Una vez leída la magnifica clase de economía que en términos coloquiales nos ha brindado el experto, solo me cabe una reflexión a su punto 21.
ResponderEliminarEse monstruo que el define como "mercados" ha conseguido no solo ciudadanos indolentes, sino ciudanos que dan por buenas frases que yo creo han alcanzado la categoría de dogmas y que están en el acerbo popular, como "SI NO DEBES NO ERES NADIe", "ERES MAS IMPORTANTE, CUANTO MAS DEBES AL BANCO", etc.