Presentación.
Llegó a mis manos un breve trabajo del “Center for Economic and Policy Research” sobre “alternativas a la austeridad fiscal en España”, y su contenido activó mis reflexiones sobre el monetarismo y los males que esta teoría económica, convertida ya más en doctrina dogmática que en conocimiento científico, nos ha ocasionado socialmente y los que nos puede ocasionar en el futuro. Las traslado aquí con el ánimo de enriquecer el pensamiento de otros y de incrementar la conciencia colectiva sobre la necesidad de un nuevo paradigma económico. Como dice George Soros en su último libro sobre los mercados financieros “no sólo el actual paradigma – la teoría del equilibrio y su derivado político el fundamentalismo de mercado- se ha demostrado incapaz de explicar el estado actual de los acontecimientos (financieros), sino que puede considerársele responsable de habernos metido en el lío en que nos encontramos. Necesitamos un nuevo paradigma como agua de mayo”. Lo dice alguien que ha vivido a fondo el monetarismo. ¡Un testimonio valiente y nada servil cuya lectura recomiendo!.
MANTRA.
UNA MONEDA GLOBAL, UN BANCO CENTRAL GLOBAL, UN GOBIERNO ECONÓMICO GLOBAL.
1. De nuevo Vicenç Navarro nos aporta información valiosa para reflexionar sobre la política económica “rigor mortis” que están aplicando los Gobiernos europeos y cuyo coste social e individual estamos soportando los ciudadanos, y mas concretamente los trabajadores europeos. Lo hace colgando en su página web el pasado 27 de julio un trabajo de los economistas Mark Weisbrot y Juan Montecino realizado por encargo del Centro de Investigación en Economía y Políticas (CEPR) de Washington, y publicando el día 30 un artículo sobre dicho trabajo. Recomiendo a los blogueros de Política Directa un paseo por la web del profesor Navarro para comprobar que son posibles otras alternativas de política económica distintas al castigo que bancos y gobiernos nos están infligiendo. ¿Por qué entonces los Gobiernos nos aplican estas vacunas tan dolorosas?.
2. Los Gobiernos de los países desarrollados, que por cierto es en los que se ha engendrado la crisis financiera, han perdido el control de sus Bancos Centrales. Esto no siempre ha sido así. Durante el desarrollo del capitalismo, los Gobiernos y Estados han controlado los Bancos Centrales. Pero en la década de 1970 surgió una polémica entre los economistas sobre la mejor manera de controlar la inflación avivada por la subida de los precios del petróleo, y en el ojo del huracán se colocó la facilidad que los Gobiernos tenían para emitir dinero y acudir al crédito de sus Bancos Centrales como una causa más de inflación. Esto tenía poco que ver con el precio del petróleo, pero la ocasión era buena para cuestionar el poder político de los gobiernos para acudir a la creación de dinero legal cuando pasaban por dificultades financieras, poder que indignaba a los monetaristas. La batalla doctrinal se saldó con el triunfo del monetarismo y las tesis de la escuela económica ultraliberal de Chicago liderada por Milton Friedman. Ronald Reagan y Margaret Thatcher fueron los políticos que consolidaron el triunfo del monetarismo en la política económica de sus países y quienes lo extendieron al resto del mundo a través del FMI y el Banco Mundial. Si no se tienen en cuenta los principios y axiomas del monetarismo no es posible entender la quiebra financiera del sistema capitalista producida en 2008, y lo que ahora nos sucede. ¿Cuáles son esos principios?.
3. Los principios del monetarismo son de uso común, porque hemos estado y seguimos estando inmersos en ellos. Son puro capitalismo neoliberal (capitalismo del siglo XIX repensado a finales del siglo XX). Enumeraremos los más relevantes: 1.- Desregulación de toda la actividad económica, que debe de ser gobernada por la mano invisible del mercado y no por las normas de los Gobiernos ni por su intervención en la economía. 2.- Libertad de creación y diversificación de activos financieros por la banca, que deben ser comercializados en todas partes sin limitación ni control de los Gobiernos. 3.- Libre circulación de capitales entre países para mejorar la asignación de los recursos financieros existentes. 4.- Reducción de la presión fiscal (bajada de impuestos) para favorecer la actividad y el crecimiento económico. 5.- Eliminación de los salarios mínimos y de cualquier clase de interferencia política sobre el precio de los factores de producción (capital, trabajo, materias primas y tecnología). 6.- Control de las variables monetarias (especialmente de la creación de dinero) por una autoridad monetaria independiente de los Gobiernos, y que debe tener como tarea principal el control de la inflación de los precios. Algunos de estos principios (el 2 y el 3) están hoy subsumidos en el concepto de la globalización económica imperante. Otros (el 1, el 2 y el 6) son causantes de la quiebra financiera del capitalismo aunque han vuelto a aplicándose una vez pasado el susto inicial de la quiebra, y finalmente un tercer bloque (el 4 y el 5) siguen siendo impulsados a través de la política económica patrocinada por el FMI y el Banco Mundial. Este es el marco general, pero a efectos de las políticas austeras que ahora aplican los Gobiernos europeos y de la propuesta alternativa que hacen Weisbrot y Montecino, lo que nos interesa es el principio nº 6 del monetarismo ¿por qué?
4. Porque la alternativa que Weisbrot y Montecino plantean es una monetización suave de la deuda pública (deuda soberana) de los países europeos. Lo dicen claramente en relación al caso español: “El problema radica en que España no posee un banco central que pudiera adquirir la deuda del país a través de la creación de liquidez monetaria. Por tanto esto tendría que llevarse a cabo a través del Banco Central Europeo” (BCE). Ambos economistas están cuestionando el principio 6 del monetarismo militante. Aportan argumentos sólidos de lo que están haciendo los Gobiernos de EE.UU. y Japón con sus Bancos Centrales (adquirir billones de dólares de deuda soberana del propio país), pero lo que ellos proponen para Europa es pecado mortal para los monetaristas europeos, ahora más papistas que los monetaristas americanos y japoneses. Desde la década de 1970 los Gobiernos de los países del primer mundo han perdido el control de sus bancos centrales y el poder de la emisión de moneda, y curiosamente es con Gobiernos débiles o inexistentes, como lo es la Comisión Europea, donde esta pérdida se demuestra más dañina. Conclusión: los Gobiernos de Europa actúan ahora al dictado del BCE y el BCE lo hace al dictado de los monetaristas del FMI y el Banco Mundial para desgracia de los países europeos en dificultades con su deuda soberana. ¿Pero cómo es que los Gobiernos de EE.UU. y Japón hacen lo que el BCE no hace para los Gobiernos nacionales de Europa? ¿A quien beneficia esta política monetaria fundamentalista?.
5. La respuesta a esta pregunta encierra las claves del grave estancamiento económico que se está embalsando en Europa y del duro ajuste fiscal y presupuestario que los Gobiernos están imponiendo a los ciudadanos europeos. Neutralizado el BCE y su política monetaria expansiva, las necesidades de financiación de los Gobiernos europeos quedan ahora en las manos exclusivas del mercado financiero global y privado. Justo lo que quieren los monetaristas: todo el poder para el mercado capitalista. Un mercado financiero enlatado en una teoría económica de los mercados basada en axiomas falsos porque el mercado capitalista ni es transparente, ni es perfecto ni es competitivo ni es eficiente, ni funciona en equilibrio. Por el contrario los hechos prueban que es un mercado global, especulativo, codicioso y que funciona con espasmos irracionales. Un mercado que no trata a los países de Europa como sociedades necesitadas de financiación a un precio justo para salir de la recesión, sino como enfermos débiles a los que hay que exprimir hasta la quiebra si ello maximiza los beneficios. Ya hemos sufrido una primera oleada de ataques especulativos a la deuda soberana europea. Con el escenario que hemos expuesto, es estúpido creer que la guerra ha concluido. Vendrán nuevos ataques. ¿Pero por qué el BCE protege la codicia de los capitales financieros privados en lugar proteger el bien común de los ciudadanos europeos?.
6. Porque los Bancos Centrales, siguiendo la doctrina económica monetarista, han dejado de estar al servicio de los Gobiernos y los ciudadanos, y se han convertido en el trasatlántico de lujo en el que viajan la banca y los capitales financieros privados. El controlador ha pasado a ser gobernado por los controlados. Esta ha sido una de las “jugadas perfectas” del monetarismo: quitar el poder de crear dinero a los Gobiernos y otorgárselo a los banqueros. En el trasatlántico de la Reserva Federal Americana la juerga financiera durante casi 30 años (desde la Presidencia de Reagan) ha sido tan exitosa que han estado a punto de hundirse ellos y hundirnos a todos, por lo que el Gobierno norteamericano ha intervenido para salvar la situación. No ha tomado el control del trasatlántico, pero ha desembarcado en él como un viajero más y ha puesto orden intentado acabar con la fiesta. ¡Ya veremos si lo consigue!. En Japón pasó otro tanto de lo mismo en la década de 1990 y aún andan renqueando. ¿ Y en Europa?.
7. En Europa somos unos pigmeos de cabeza grande. Tenemos una cabeza gigantesca de burócratas en Bruselas, y un cuerpo raquítico de políticos pensando en Europa y tomando decisiones europeas. Queremos ser un país grande con gobiernos y políticas pequeñas: una moneda común sin un presupuesto, una política fiscal y una deuda pública común; un parlamento común sin partidos políticos comunes ni Gobierno común al que controlar y exigir; un banco central común sin una política monetaria y una balanza de pagos común; una bandera común sin un ejército, una policía, una justicia y una diplomacia común. La Unión Europea nació para crear un espacio económico común, y cuando han llegado las verdaderas dificultades económicas se ha demostrado que la Unión no existe. Ante la amenaza de impago de la deuda soberana local, nuestros políticos locales se han reunido en Bruselas para decidir... que cada gobierno local estruje a sus ciudadanos y salga del atolladero por su medios porque el BCE ni está ni se le espera. ¿Pero qué Unión Europea es esta?.
8. Una realidad ácida que nos negamos a ver. Lamentablemente los políticos europeos de todas las tendencias ideológicas ya han sido atrapados por el monetarismo y sus principios. El monetarismo ha demostrado máxima habilidad, no para resolver nuestros problemas económicos, sino para debilitar a los Estados y a los políticos, que es en quienes hemos delegado nuestra representación democrática. En materia de política monetaria y con la escusa de controlar la inflación de precios, primero les ha quitado el control de los bancos centrales y el poder de crear dinero. En una segunda fase ha puesto a los bancos centrales al servicio de la banca y ha otorgado a esta el poder exclusivo de fabricar dinero a través de la creación de activos financieros. Por último nos ha sorprendido a todos fusionado el mercado de dinero con el mercado de productos financieros e inutilizando los instrumentos de política monetaria que tenían los Gobiernos para hacer política económica. Para Europa unos Estados nacionales más débiles sería correcto si ello fuera acompañado de un Gobierno Europeo cada vez más fuerte. Pero las cosas no están evolucionando así. Los poderes que el monetarismo retira a los Estados se los entrega a los mercados, no al Gobierno de la Unión Europea. Y los mercados nos han llevado a la quiebra financiera en 2008 y ahora trabajan para llevarnos a la quiebra social obligando a los Gobiernos a aplicar severas medidas de ajuste fiscal y presupuestario. ¿Qué nos queda para evitarlo?.
9. Aunque parezca extraño nos queda el sindicalismo. Los trabajadores no son los beneficiarios naturales de una economía gobernada por el monetarismo. El mercado, tal y como lo concibe la teoría monetarista, carece de contenido social. Todo queda supeditado al principio de la eficiencia económica y de la maximización del beneficio empresarial: la alimentación, la seguridad, la salud, la educación, la pensión, el gasto público, las condiciones de empleo, la distribución de la riqueza etc.; incluso la monetización suave de la deuda soberana que proponen Mark Weisbrot y Juan Montecino. Al monetarismo no le importó que los Gobiernos monetizaran en 2008 las deudas privadas tóxicas para evitar la quiebra de los bancos, pero se opone radicalmente a que se monetice en 2010 la deuda soberana para evitar la quiebra de los Estados europeos. La contradicción es tan evidente que sobran calificativos. No podemos ser ingenuos. Los intereses económicos de los privilegiados anidan detrás de esa doble vara de medir. El sindicalismo parece ser la única organización social europea de importancia que aún mantiene viva la resistencia al monetarismo y sus políticas. Han convocado una huelga europea de resistencia para el próximo 29 de septiembre. Los ciudadanos de Europa deberían apoyar con entusiasmo esa iniciativa para obligar a sus Gobiernos y al BCE a deshacerse del monetarismo que practican y a innovar sus políticas económicas. Si no lo hacemos, lo lamentaremos. ¿Podrá el sindicalismo europeo romper el espinazo del monetarismo o asistiremos a un combate “amañado”? . ¡Vienen tiempos movidos, porque si el sindicalismo europeo es atrapado también por el monetarismo, creo que las cosas se va a complicar mucho!.
Llegó a mis manos un breve trabajo del “Center for Economic and Policy Research” sobre “alternativas a la austeridad fiscal en España”, y su contenido activó mis reflexiones sobre el monetarismo y los males que esta teoría económica, convertida ya más en doctrina dogmática que en conocimiento científico, nos ha ocasionado socialmente y los que nos puede ocasionar en el futuro. Las traslado aquí con el ánimo de enriquecer el pensamiento de otros y de incrementar la conciencia colectiva sobre la necesidad de un nuevo paradigma económico. Como dice George Soros en su último libro sobre los mercados financieros “no sólo el actual paradigma – la teoría del equilibrio y su derivado político el fundamentalismo de mercado- se ha demostrado incapaz de explicar el estado actual de los acontecimientos (financieros), sino que puede considerársele responsable de habernos metido en el lío en que nos encontramos. Necesitamos un nuevo paradigma como agua de mayo”. Lo dice alguien que ha vivido a fondo el monetarismo. ¡Un testimonio valiente y nada servil cuya lectura recomiendo!.
MANTRA.
UNA MONEDA GLOBAL, UN BANCO CENTRAL GLOBAL, UN GOBIERNO ECONÓMICO GLOBAL.
1. De nuevo Vicenç Navarro nos aporta información valiosa para reflexionar sobre la política económica “rigor mortis” que están aplicando los Gobiernos europeos y cuyo coste social e individual estamos soportando los ciudadanos, y mas concretamente los trabajadores europeos. Lo hace colgando en su página web el pasado 27 de julio un trabajo de los economistas Mark Weisbrot y Juan Montecino realizado por encargo del Centro de Investigación en Economía y Políticas (CEPR) de Washington, y publicando el día 30 un artículo sobre dicho trabajo. Recomiendo a los blogueros de Política Directa un paseo por la web del profesor Navarro para comprobar que son posibles otras alternativas de política económica distintas al castigo que bancos y gobiernos nos están infligiendo. ¿Por qué entonces los Gobiernos nos aplican estas vacunas tan dolorosas?.
2. Los Gobiernos de los países desarrollados, que por cierto es en los que se ha engendrado la crisis financiera, han perdido el control de sus Bancos Centrales. Esto no siempre ha sido así. Durante el desarrollo del capitalismo, los Gobiernos y Estados han controlado los Bancos Centrales. Pero en la década de 1970 surgió una polémica entre los economistas sobre la mejor manera de controlar la inflación avivada por la subida de los precios del petróleo, y en el ojo del huracán se colocó la facilidad que los Gobiernos tenían para emitir dinero y acudir al crédito de sus Bancos Centrales como una causa más de inflación. Esto tenía poco que ver con el precio del petróleo, pero la ocasión era buena para cuestionar el poder político de los gobiernos para acudir a la creación de dinero legal cuando pasaban por dificultades financieras, poder que indignaba a los monetaristas. La batalla doctrinal se saldó con el triunfo del monetarismo y las tesis de la escuela económica ultraliberal de Chicago liderada por Milton Friedman. Ronald Reagan y Margaret Thatcher fueron los políticos que consolidaron el triunfo del monetarismo en la política económica de sus países y quienes lo extendieron al resto del mundo a través del FMI y el Banco Mundial. Si no se tienen en cuenta los principios y axiomas del monetarismo no es posible entender la quiebra financiera del sistema capitalista producida en 2008, y lo que ahora nos sucede. ¿Cuáles son esos principios?.
3. Los principios del monetarismo son de uso común, porque hemos estado y seguimos estando inmersos en ellos. Son puro capitalismo neoliberal (capitalismo del siglo XIX repensado a finales del siglo XX). Enumeraremos los más relevantes: 1.- Desregulación de toda la actividad económica, que debe de ser gobernada por la mano invisible del mercado y no por las normas de los Gobiernos ni por su intervención en la economía. 2.- Libertad de creación y diversificación de activos financieros por la banca, que deben ser comercializados en todas partes sin limitación ni control de los Gobiernos. 3.- Libre circulación de capitales entre países para mejorar la asignación de los recursos financieros existentes. 4.- Reducción de la presión fiscal (bajada de impuestos) para favorecer la actividad y el crecimiento económico. 5.- Eliminación de los salarios mínimos y de cualquier clase de interferencia política sobre el precio de los factores de producción (capital, trabajo, materias primas y tecnología). 6.- Control de las variables monetarias (especialmente de la creación de dinero) por una autoridad monetaria independiente de los Gobiernos, y que debe tener como tarea principal el control de la inflación de los precios. Algunos de estos principios (el 2 y el 3) están hoy subsumidos en el concepto de la globalización económica imperante. Otros (el 1, el 2 y el 6) son causantes de la quiebra financiera del capitalismo aunque han vuelto a aplicándose una vez pasado el susto inicial de la quiebra, y finalmente un tercer bloque (el 4 y el 5) siguen siendo impulsados a través de la política económica patrocinada por el FMI y el Banco Mundial. Este es el marco general, pero a efectos de las políticas austeras que ahora aplican los Gobiernos europeos y de la propuesta alternativa que hacen Weisbrot y Montecino, lo que nos interesa es el principio nº 6 del monetarismo ¿por qué?
4. Porque la alternativa que Weisbrot y Montecino plantean es una monetización suave de la deuda pública (deuda soberana) de los países europeos. Lo dicen claramente en relación al caso español: “El problema radica en que España no posee un banco central que pudiera adquirir la deuda del país a través de la creación de liquidez monetaria. Por tanto esto tendría que llevarse a cabo a través del Banco Central Europeo” (BCE). Ambos economistas están cuestionando el principio 6 del monetarismo militante. Aportan argumentos sólidos de lo que están haciendo los Gobiernos de EE.UU. y Japón con sus Bancos Centrales (adquirir billones de dólares de deuda soberana del propio país), pero lo que ellos proponen para Europa es pecado mortal para los monetaristas europeos, ahora más papistas que los monetaristas americanos y japoneses. Desde la década de 1970 los Gobiernos de los países del primer mundo han perdido el control de sus bancos centrales y el poder de la emisión de moneda, y curiosamente es con Gobiernos débiles o inexistentes, como lo es la Comisión Europea, donde esta pérdida se demuestra más dañina. Conclusión: los Gobiernos de Europa actúan ahora al dictado del BCE y el BCE lo hace al dictado de los monetaristas del FMI y el Banco Mundial para desgracia de los países europeos en dificultades con su deuda soberana. ¿Pero cómo es que los Gobiernos de EE.UU. y Japón hacen lo que el BCE no hace para los Gobiernos nacionales de Europa? ¿A quien beneficia esta política monetaria fundamentalista?.
5. La respuesta a esta pregunta encierra las claves del grave estancamiento económico que se está embalsando en Europa y del duro ajuste fiscal y presupuestario que los Gobiernos están imponiendo a los ciudadanos europeos. Neutralizado el BCE y su política monetaria expansiva, las necesidades de financiación de los Gobiernos europeos quedan ahora en las manos exclusivas del mercado financiero global y privado. Justo lo que quieren los monetaristas: todo el poder para el mercado capitalista. Un mercado financiero enlatado en una teoría económica de los mercados basada en axiomas falsos porque el mercado capitalista ni es transparente, ni es perfecto ni es competitivo ni es eficiente, ni funciona en equilibrio. Por el contrario los hechos prueban que es un mercado global, especulativo, codicioso y que funciona con espasmos irracionales. Un mercado que no trata a los países de Europa como sociedades necesitadas de financiación a un precio justo para salir de la recesión, sino como enfermos débiles a los que hay que exprimir hasta la quiebra si ello maximiza los beneficios. Ya hemos sufrido una primera oleada de ataques especulativos a la deuda soberana europea. Con el escenario que hemos expuesto, es estúpido creer que la guerra ha concluido. Vendrán nuevos ataques. ¿Pero por qué el BCE protege la codicia de los capitales financieros privados en lugar proteger el bien común de los ciudadanos europeos?.
6. Porque los Bancos Centrales, siguiendo la doctrina económica monetarista, han dejado de estar al servicio de los Gobiernos y los ciudadanos, y se han convertido en el trasatlántico de lujo en el que viajan la banca y los capitales financieros privados. El controlador ha pasado a ser gobernado por los controlados. Esta ha sido una de las “jugadas perfectas” del monetarismo: quitar el poder de crear dinero a los Gobiernos y otorgárselo a los banqueros. En el trasatlántico de la Reserva Federal Americana la juerga financiera durante casi 30 años (desde la Presidencia de Reagan) ha sido tan exitosa que han estado a punto de hundirse ellos y hundirnos a todos, por lo que el Gobierno norteamericano ha intervenido para salvar la situación. No ha tomado el control del trasatlántico, pero ha desembarcado en él como un viajero más y ha puesto orden intentado acabar con la fiesta. ¡Ya veremos si lo consigue!. En Japón pasó otro tanto de lo mismo en la década de 1990 y aún andan renqueando. ¿ Y en Europa?.
7. En Europa somos unos pigmeos de cabeza grande. Tenemos una cabeza gigantesca de burócratas en Bruselas, y un cuerpo raquítico de políticos pensando en Europa y tomando decisiones europeas. Queremos ser un país grande con gobiernos y políticas pequeñas: una moneda común sin un presupuesto, una política fiscal y una deuda pública común; un parlamento común sin partidos políticos comunes ni Gobierno común al que controlar y exigir; un banco central común sin una política monetaria y una balanza de pagos común; una bandera común sin un ejército, una policía, una justicia y una diplomacia común. La Unión Europea nació para crear un espacio económico común, y cuando han llegado las verdaderas dificultades económicas se ha demostrado que la Unión no existe. Ante la amenaza de impago de la deuda soberana local, nuestros políticos locales se han reunido en Bruselas para decidir... que cada gobierno local estruje a sus ciudadanos y salga del atolladero por su medios porque el BCE ni está ni se le espera. ¿Pero qué Unión Europea es esta?.
8. Una realidad ácida que nos negamos a ver. Lamentablemente los políticos europeos de todas las tendencias ideológicas ya han sido atrapados por el monetarismo y sus principios. El monetarismo ha demostrado máxima habilidad, no para resolver nuestros problemas económicos, sino para debilitar a los Estados y a los políticos, que es en quienes hemos delegado nuestra representación democrática. En materia de política monetaria y con la escusa de controlar la inflación de precios, primero les ha quitado el control de los bancos centrales y el poder de crear dinero. En una segunda fase ha puesto a los bancos centrales al servicio de la banca y ha otorgado a esta el poder exclusivo de fabricar dinero a través de la creación de activos financieros. Por último nos ha sorprendido a todos fusionado el mercado de dinero con el mercado de productos financieros e inutilizando los instrumentos de política monetaria que tenían los Gobiernos para hacer política económica. Para Europa unos Estados nacionales más débiles sería correcto si ello fuera acompañado de un Gobierno Europeo cada vez más fuerte. Pero las cosas no están evolucionando así. Los poderes que el monetarismo retira a los Estados se los entrega a los mercados, no al Gobierno de la Unión Europea. Y los mercados nos han llevado a la quiebra financiera en 2008 y ahora trabajan para llevarnos a la quiebra social obligando a los Gobiernos a aplicar severas medidas de ajuste fiscal y presupuestario. ¿Qué nos queda para evitarlo?.
9. Aunque parezca extraño nos queda el sindicalismo. Los trabajadores no son los beneficiarios naturales de una economía gobernada por el monetarismo. El mercado, tal y como lo concibe la teoría monetarista, carece de contenido social. Todo queda supeditado al principio de la eficiencia económica y de la maximización del beneficio empresarial: la alimentación, la seguridad, la salud, la educación, la pensión, el gasto público, las condiciones de empleo, la distribución de la riqueza etc.; incluso la monetización suave de la deuda soberana que proponen Mark Weisbrot y Juan Montecino. Al monetarismo no le importó que los Gobiernos monetizaran en 2008 las deudas privadas tóxicas para evitar la quiebra de los bancos, pero se opone radicalmente a que se monetice en 2010 la deuda soberana para evitar la quiebra de los Estados europeos. La contradicción es tan evidente que sobran calificativos. No podemos ser ingenuos. Los intereses económicos de los privilegiados anidan detrás de esa doble vara de medir. El sindicalismo parece ser la única organización social europea de importancia que aún mantiene viva la resistencia al monetarismo y sus políticas. Han convocado una huelga europea de resistencia para el próximo 29 de septiembre. Los ciudadanos de Europa deberían apoyar con entusiasmo esa iniciativa para obligar a sus Gobiernos y al BCE a deshacerse del monetarismo que practican y a innovar sus políticas económicas. Si no lo hacemos, lo lamentaremos. ¿Podrá el sindicalismo europeo romper el espinazo del monetarismo o asistiremos a un combate “amañado”? . ¡Vienen tiempos movidos, porque si el sindicalismo europeo es atrapado también por el monetarismo, creo que las cosas se va a complicar mucho!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario